"El gran problema de la aberración del crecimiento económico indefinido es que crea una humanidad insaciable. Esa humanidad insaciable, en lugar de ver al planeta como un vasto oasis en medio de un vasto desierto sideral, donde el ser humano vive bien, de puro milagro, lo ve como una mina de recursos en la que hay que agotar hasta el último pez y el último árbol. La diferencia entre la conducta animal y la conducta humana es que cuando un león se come un antÃlope lo único que hace es digerirlo. Yo he visto documentales en los que una manada de antÃlopes pasa tranquilamente delante de un grupo de apacibles leones como si supiesen o sintiesen que no hay ningún tipo de peligro. El león salta sobre el antÃlope cuando tiene hambre. No salta para destruirlo, recolectarlo o venderlo a sus semejantes. No tiene almacenes para poder decirle a los demás: "no hace falta que caces porque tengo antÃlopes". Esa es la diferencia. La depredación del ser humano incluye la acumulación. ¿Y todo esto para qué?
Pues para ganar dinero".
Pues para ganar dinero".
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