No estaríamos diciendo nada nuevo si afirmamos que la pandemia provocada por el SARS CoV-2 cambió nuestra forma de vida a niveles insospechados en un breve lapso de tiempo.

Pero ¿si estas modificaciones y resignificaciones de los espacios fueran parte de la evolución humana? Inmediatamente recordamos a Darwin y su obra Origen de las especies por medio de la selección natural. Al respecto de ella Gustavo Caponi expresa "Antes que una teoría de la evolución, el darwinismo es una teoría de la adaptación; entendiendo por esto último la adecuación de las propiedades de los organismos a las exigencias de su medio". La teoría adquiere vigencia cuando pensamos que no dejamos de ser organismos presionados por el sistema.

La sociedad en la que vivimos nos exige no parar, trabajar, producir y cuando la cíclica cinta transportadora se rompe, sobreviene el caos. Adaptarse o perecer parecería ser el lema de esta nueva escalada evolutiva.

Educación realizada en casa, trabajo realizado en casa, restricciones de movilidad y nos quedamos en casa. La casa se ha transformado y resignificado.

Matilde es periodista. Trabaja para la universidad de la que egresó como redactora responsable de contenidos web en la facultad de periodismo. Las clases presenciales se han suspendido pero todo el trabajo que sostiene la facultad continúa. Matilde está en casa teletrabajando.

Matilde vive en un departamento céntrico en la capital junto a Diego, su marido. 

Diego es fotógrafo de eventos y hace más de un año que ve mermado su trabajo y con él la economía del hogar. Diego está en casa porque tiene muy poco trabajo.

Matilde y Diego son padres de Federica. Federica asiste a la educación pública a través del programa Caif. El avance de casos positivos a Covid-19 llevó al gobierno a suspender las clases presenciales. Federica está en casa.

Adaptarse o perecer. Ante las exigencias del medio y los nuevos parámetros establecidos por la pandemia mundial debimos modificar nuestros espacios abordando todos los emergentes. El comedor es oficina, sala de reuniones, aula, guardería y también espacio común de la familia. El caso de Matilde, Diego y Federica no es el único, pero es el punto de partida para reflexionar sobre los espacios y los recursos que ponemos en juego para reinventar los lugares.